Por Megan- el 30 de agosto
Traducido por Katie Mann
Cuando estuve diagnosticada con cáncer de seno, mis amigos y familia se unieron alrededor de mí. Aquí son sólo algunas de las cosas que personas hicieron que todavía me hacen llorar cuando pienso en ellos:
- Mi esposo cocinó una sopa grande en el día que fui a quimioterapia de modo que tuve bastante fluidos para eliminar las cosas tóxicas de mi sistema.
- Una de mis amigas, quien sabia que yo quería mantener mi esfuerzo, me hizo subir escaleras con ella por media hora, dos veces por semana. Ella insistió que era ella quien necesitó el ejercicio y el apoyo moral de una compaña. ¿Cómo podía yo rechazarla?
- Otra amiga me dio libros que ella había leído para asegurarse que no había referencias inquietantes a cáncer.
- Para prevenir y tratar los efectos secundarios, tuve que tomar una variedad desconcertante de medicaciones para varios días antes y después de quimioterapia, entonces un amigo me compró un organizador píldora y hizo una tabla para cada día.
- Una conocida quien tenía alopecia llego con media docena de pelucas y me ayudó a probarlas.
- Una amiga que había pasado por la quimioterapia fue conmigo al salón de peluca el día que afeite mi cabeza y estreno mi propia peluca por primera vez.
- Ocho meses después, tres amigas me llevaron a cenar la noche que termine de usar mi peluca—y me dijeron una y otra vez lo bien que me veía con mi pelo corto, tres cuartos de una pulgada.
- Otra amiga me llevo a comprar pañuelos.
- Otra me llevo a comprar sombreros.
- Una colega me compró un archivo y algunas carpetas y me ayudó establecer un sistema para mantener un registro de cuentas medicas, reclamaciones de seguros, informes de patología, instrucciones de prescripción y así. Unos años después, todavía lo uso.
- Mi hijo me dio inyecciones de Neulasta después de cada una de las cuatro primeras rondas de quimioterapia. Yo estaba aprensiva, y el tenía la confianza de poner la inyección por haber inyectado a su gato con una solución salina.
- Mi hija me dio manicuras y pedicuras cuando mis uñas re-crecieron después de que la quimioterapia me las había noqueado.
- Algunas mujeres que habían sido diagnosticadas me dijeron que anticipar y qué preguntas hacerle a mis doctores.
- Una colega me trajo almuerzo para la oficina cada día cuando ella fue afuera para su almuerzo.
- Muchas amistades me invitaron al cine y otros eventos—cualquier cosa para llenar mi día con algo aparte de cáncer.
- Amigos me visitaron en el hospital, me recogieron de surgía y me acompañaron a citas con el doctor y quimioterapia.
- Otro superviviente quien ganó un crucero de ocho días en el Caribe para dos en una competición de recaudación de fondos compartió conmigo y me fui.
- Un colego de mi esposo me ayudó investigar mi régimen de tratamiento.
- Una amiga me tejió un sostén grande con pezones de lentejuelas y me lo dio.
- Otra amiga me dio un medallón religioso. No soy religiosa pero lo traigo en mi bolso de todos modos.
- Aún otra amiga me trajo pijamas de seda para vestirme en el hospital después de mi mastectomía.
Y hubo muchos otros actos de bondad y generosidad - algunos por extraños que he conocido a lo largo del camino. ¿Qué hizo la gente para usted que le hizo el camino un poco más suave?