(Del blog del Dana Farber Cancer Institute. Traducido al español por Marissa Bianco)
Aunque algunos pueden dudarlo, el cáncer no es contagioso; una persona saludable no puede contraer el cáncer de una persona que tiene la enfermedad, ni puede ser transmitido por contacto cercano con un paciente.
Las células cancerosas son muy distintas de los agentes infecciosos como la bacteria y los virus. Una célula cancerosa es esencialmente una célula normal cuya crecimiento y mecanismo de división está fuera de control. Si unas células cancerosas de una persona entrarían a otra persona, su sistema inmunológico reconocería los invasores y se los destruiría. Células bacterianas y los virus, en contraste, han evolucionado específicamente para que puedan sobrevivir y reproducir- al menos por un periodo de tiempo- en las personas infectadas.
Una circunstancia rara en la cual el cáncer se puede pasar de una persona a otra involucra una trasplantación de los órganos o el tejido. Un individuo que recibe un órgano o tejido de un donante que tenía cáncer en el pasado tiene un riesgo un poco más alto de desarrollar el cáncer relacionado con el trasplante. Esto no se atribuye necesariamente a la presencia de células cancerosas en el tejido trasplantado sino a los medicamentos inmunodepresores que toman los recipientes de los trasplantes.
Estas drogas reducen el riesgo de que el sistema inmunológico va a rechazar el tejido trasplantado pero también debilitan la defensa del cuerpo contra el cáncer. Aun así, el riesgo es muy bajo- casi dos casos de cáncer por cada 10,000 trasplantes, según el National Cáncer Institute (NCI). Para reducir la probabilidad de la transmisión del cáncer los médicos evitan el uso de órganos o tejido de personas con una historia de cáncer.
Aun si una mujer embarazada tiene cáncer, la probabilidad de que el cáncer pasará directamente al feto es muy baja. Algunos canceres se pueden propagar de la madre a la placenta (el órgano que conecta la madre al feto). Ha habido casos raros en lo cual la leucemia y el melanoma (el cáncer de la piel) se han propagado a la placenta y al feto según el NCI e varios informes publicados.
Aunque el cáncer en si no es contagioso normalmente, una variedad de bacterias y virus pueden causar el cáncer. Estos incluyen el virus del papiloma humano (VPH) que puede causar el cáncer cervical, el cáncer vaginal, el cáncer de la vulva, el cáncer del pene y el cáncer anal. También puede causar algunos canceres de la boca, la garganta y del cuello. El VPH también esta vinculado con la bacteria Helicibacter pylori, la cual puede causar ciertos canceres gástricos. La vacuna contra el VPH puede reducir drásticamente el riesgo de desarrollar los canceres asociados con el virus. La infección causada por el virus de hepatitis c puede causar el cáncer del hígado si se deja sin tratamiento. Además, las personas VIH positivas, infectadas por el virus sarcoma de Kaposi relacionado con el herpesvirus humano tienen un alto riesgo de contraer el Kaposi sarcoma, un cáncer que desarrolla en las células que recubren los vasos linfáticos o los vasos sanguíneos. '
En el reino animal, los científicos han documentado varios ejemplos de los cánceres transmisibles. Uno de estos canceres involucra los demonios de Tasmania quienes desarrollan tumores faciales que son invariablemente fatales. La enfermedad se propaga cuando un demonio de Tasmania que es un portador del tumor muerde a otro demonio en la cara durante una disputa para comida. Se piensa que la enfermedad se propaga de esa forma por causa de una uniformidad en el sistema inmunológico del animal- un resultado de la crianza excesiva. Otro ejemplo es un tumor venéreo canino transmisible, un cáncer en los perros que es transmitido durante el apareamiento. Recientemente, los investigadores han descubierto la transmisión del cáncer extendido en los primeros metozoarios como las almejas de concha blanda.
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